Por Luis Ortiz
Fotos Donato DS
Seguramente alguna vez en la infancia llegaste a comer algún flan o gelatina de algún vendedor que traía un pequeño exhibidor de cristal con divisiones,se les veía por muchos lados de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río y el sabor de esos manjares eran únicos.

Con la modernidad,los flanes y gelatinas se pueden adquirir en la tienda de la esquina o las cadenas de supermercados,sin embargo aún se puede ver muy rara vez a los vendedores con sus productos caseros por las calles.

En el zócalo de Veracruz se puede ver al señor Jesús Vergara que vende flanes y gelatinas desde 1981 ,ahí relató que dejó su pueblo para buscar trabajo en el puerto de Veracruz y emprendió su negocio de gelatinas


En busca de nuevas oportunidades laborales, Jesús Vergara emigró del pueblo donde nació hacia el puerto de Veracruz, sin embargo fueron las condiciones climáticas las que lo llevaron a dejar su trabajo como ayudante de albañil para emprender su propio negocio.

«Vengo de provincia y allá la vida es muy dura ya que no tiene uno casi en qué trabajar. Mi papá tenía una parcela pequeña, pero éramos varios así que unos parientes me invitaron a trabajar acá en el puerto y empecé de ayudante de albañil, pero el calor era demasiado y la persona que me trajo vendía gelatinas y me sugirió emprender con eso.»


La vida como vendedor de gelatinas era muy buena hace 4 décadas atrás,recordó Jesús, había acceso a los muelles y los maniobristas, pioneros y estibadores eran clientes. Tan buen negocio era, que dijo, había un empresa que surtía de paletas y gelatinas hasta a 50 vendedores.

«Antes había muchísima venta, la gente no salía a comprar una gelatina en los patios salía la señora con un plato y nos pedían de a 10 gelatinas. Ahora la juventud ya no las conoce y poca es la gente que le enseñó a las nuevas generaciones que esta gelatina es buena»


El vendedor explicó que existe una receta especial para la elaboración de estas gelatinas, pues señaló que a diferencia de las comerciales, éstas no se vuelven agua al estar afuera del refrigerador e incluso se pueden desmoldar, morder y trasladar en medio del ambiente tan caluroso de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.

Aunque las ventas han disminuido considerablemente al igual que los mismos vendedores de gelatinas, Jesús Vergara compartió que al día tiene como meta preparar aproximadamente 100 gelatinas de sabores como fresa, durazno, limón, jerez y flan casero de vainilla.

José Vergara comentó que aunque es un trabajo noble también es pesado pues tiene que cargar su contenedor lleno de gelatinas, por lo que reparte su día de labores para recorrer el centro histórico de Veracruz de 8:00 de la mañana a 12:00 del día y de 5:00 de la tarde a 9:00 de la noche.

Don «Chucho» orgulloso dijo que de la ventas de sus productos tiene hijos profesionistas y que en tiempos difíciles durante la pandemia no se dio por vencido,siguió con su venta a sus clientes.