
Por Mtra Rosario Hermida Ponce/AMV
**-¿Què està pasando en Mèxico?, ¿Què està pasando en el mundo entero?, ¿Dònde estàn los valores?, Dònde queda la parte humana y sensible del hombre?
**-Ante tales cuestionamientos, al parecer, existen muy, pero muy pocas respuestas, sino es que ninguna.
**-La realidad es áspera, lacerante, dolorosa, incomprensible y cruda.
**-«Feminicidio»; este vocablo ha cobrado gran fuerza en los últimos tiempos, ya que, desgraciadamente , los casos de este atroz acto criminal sigue a la alza, sin que exista algo o alguien que pueda detenerlos.
**-Para ponernos un poco en contexto, el vocablo feminicidio significa el acto de asesinar a mujeres por parte de hombres por el simple hecho de ser mujer, mostrando con ello su superioridad en todos los sentidos.
**-La ONU revelò en un estudio llevado a cabo el año pasado que tan solo en ese año se contabilizaron 81, 000 muerte de mujeres y niñas , de las cuales, se estima que màs de la mitad murieron a mano de sus parejas o familiares, y es cuando surge la pregunta…¿Dònde o con quien podràn estar a salvo las mujeres?
**-La violencia contra la mujer es un problema que enfrentan todos los paìses del planeta, aunque en los informes expuestos por la ONU hace referencia a la existencia de una disparidad regional, ya que entre màs ignorancia y pobreza, màs delitos y corrupciòn existe, entre ellos, el feminicidio.
**-Segùn INFOBAE, Mèxico rompiò récord en las cifras de mujeres asesinadas en el año 2022.
**-De acuerdo al SESNSP (Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública), en este mismo año (2022)se sumaron en Mèxico 3 mil 754 muertes de mujeres, de las cuales, tan sòlo 947 fueron investigadas como feminicidios.
**-Hecho que resulta màs que preocupante ya que al menos son, en promedio, diez mujeres asesinadas al día en la República Mexicana.
**-Valeria Durán redactò un texto muy interesante para Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, donde habla de los vacíos legales que existen en Mèxico y que han permitido un gran porcentaje de estos asesinatos violentos, y que desgraciadamente no han sido atendidos conforme a la Ley, y por ello, son tratados como homicidios llegando a alcanzar el asesino una pena de entre 20 y 25 años de cárcel, a diferencia de cuando el asesinato se tipifica como lo que es: un feminicidio, lo que llevarìa al autor del crimen a purgar una condena de hasta 70 años, a este hecho, omisión o ignorancia por parte de las autoridades, Duràn le llama «Hoyos negros de la Ley»
**-Dice; » los sistemas judiciales de Mèxico han provocado que, durante los últimos cuatro años, los responsables de asesinar de manera violenta a miles de mujeres –incluso descuartizadas o asfixiadas- no siempre sean procesados y, en su caso, castigados con hasta 70 años de prisión por feminicidios».
**-«Los hoyos negros de los sistemas judiciales en México han sido formados por lagunas legales, protocolos inadecuados para proteger las escenas de los crímenes, investigaciones ministeriales erróneas y, sobre todo, una tipificación de los delitos con penas menores.»
**-Entonces…¿Què es lo que se tendrìa que hacer?
**-Para comenzar, cambiar o reformular las leyes, imponer sanciones más severas, actualizar o capacitar al personal encargado de impartir justicia, pero sobre todo, ir a la raìz del problema :La educaciòn y transmisión de valores desde la niñez.
**-Creo firmemente que la soluciòn a cualquier problema social està en una buena educaciòn. pero no una educaciòn cualquiera o a conveniencia de políticos que solo ven los beneficios que pudiera proporcionarles las modificaciones a los planes y programas de estudio.
**-Se tendrìa que rescatar todo aquello que en su momento nos brindaron, ademàs de conocimientos cultura; valores y principios.
**-Ya basta de tanta crueldad, ya basta de tanta saña y desprecio por el sexo femenino, basta ya de querer cerrar los ojos ante la realidad.
**-Es tan doloroso ver los centros históricos y bardas de las ciudades abarrotadas de fotografías con las señas particulares de los desaparecidos; fotos que por las inclemencias del tiempo se van deteriorando, desgastando como las vidas y almas de esos padres, hermanos, hijos; esos que a pesar de todo el dolor, aun les queda un suspiro de fuerzas para seguir luchando, seguir buscando y no perder nunca la esperanza de poderlos encontrar.
**-Es tan triste que ese dolor deje impávidos a las autoridades; que no se conduelen del dolor de esos padres al perder a un hijo; que la única y exclusiva preocupaciòn es perpetuarse en el poder a costa de lo que sea, asì sea del dolor y la tragedia del prójimo.
**-Aún ahora, y después de tanta inseguridad , se puede escuchar decir al presidente de la república «abrazos, no balazos». Y no es porque la violencia se deba combatir con violencia; pero lo que si se debe de hacer es buscar los mecanismos adecuados para que esta terrible realidad se termine y puedan las jóvenes vivir en libertad, vivir tranquilos y salir a las calles, a divertirse sin ningún temor a ser «levantados». Es su derecho. Derecho que les ha sido arrebatado.
**-Me gustaría, en lo personal, ver llegar el dìa que pueda dormir tranquila, andar a la hora que sea por las calles de la ciudad sin temores, sacar un dìa soleado y caluroso un sillòn en la acera de la calle y poder disfrutar del pasar de la gente.
**-Extraño tanto esos tiempos!
**-Hombres: recuerden , ustedes nacieron de una mujer; tan solo por eso deben de respetarlas y cuidarlas.
**-Les comparto un decálogo de la No Violencia que encontrè en internet y que considero puede ser de mucha ayuda, aunque, insisto, no sòlo es responsabilidad de unos, es una responsabilidad compartida.
Decálogo para educar en la No Violencia
Para educar en la No Violencia, se nos propone un decálogo que se puede empezar a trabajar con niños y niñas desde los cinco años y que resumimos a continuación:
Observar y escuchar a los niños y a las niñas. Detenernos a escuchar qué conceptos manejan respecto a los géneros y qué actitudes tienen cuando se relacionan con sus iguales, para saber a qué nos enfrentamos.
Destruir los prejuicios desde edades tempranas. Cuando afirman algo categóricamente hay que responder con una pregunta: ¿por qué? Al tratar de razonar el prejuicio, éste acaba autodestruyéndose.
Pulir las ideas que tengan los niños y las niñas como válidas y certeras. Debemos ajustar sus afirmaciones y sus comportamientos. Además, debemos hacerles comprender que las generalizaciones inducen a error.
Implicar a los niños y niñas en todo tipo de labores. Asignarles responsabilidades o actividades cotidianas que tradicionalmente han sido consideradas «cosas de mujeres» o «cosas de hombres».
Compartir la información. Poner en común la información que nos llega. Esto genera, primero, un hábito de conversación, un punto de encuentro diario en el aula. Además, nos ayuda a entender cómo son, qué ven, qué piensan y cómo se sienten.
Reconocer y comprender nuestras propias limitaciones en cuanto a género. Hemos sido educados en una sociedad que, igual que hoy, pretendía asignar un rol a cada sexo. Tenemos que reaprender algunos hábitos machistas, y para eso tenemos que mirarnos con ojo crítico.
Limitar el acceso de los niños y las niñas a estímulos nocivos. Diseñar un acceso sensato a los contenidos multimedia que nos llegan a través de las tecnologías, tutorizarlo y reflexionarlo o criticarlo. Debemos procurar que el momento de la televisión lo compartan con la familia, y tenemos que responder a cualquier pregunta que les surja respecto a aquello que están viendo, incluidas las “incómodas” sobre sexualidad o relaciones entre hombres y mujeres.
Jugar a juegos universales. Los juegos tradicionales que compartíamos niños y niñas, juegos que no necesitan herramientas, ni roles definidos. Pensamos, por ejemplo, en el pañuelo, la gallinita ciega, el rescate… Encuentros fundamentalmente divertidos que no entienden de géneros ni pasan de moda.
Dar ejemplo como adultos es esencial. Los patrones de comportamiento se heredan, y no es sencillo desligarse de esta influencia. Evitemos roles, tópicos, lugares comunes respecto al género, y dejemos que vayan creando sus propias opiniones desde el respeto y la empatía por lo diferente.
El aprendizaje no se acaba nunca. Para enseñar hábitos, debemos aprender a ser, saber ser. El papel que se le ha asignado a la mujer no funciona, y nos corresponde enmendarlo.
**-Así las cosas…
**-Recuerden: Yo informo, ustedes valoren…
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