Enrique Piña

Veracruz, Ver.— En un contexto marcado por la incertidumbre económica, las tensiones comerciales y los cambios acelerados, las empresas mexicanas tienen un papel fundamental no solo como generadoras de empleo, sino como agentes de transformación social, afirmó Gerardo Sánchez Sendra, vicepresidente de Formación de la Unión Social de Empresarios de México (USEM).

Durante su participación en el encuentro empresarial de USEM Veracruz, con la ponencia titulada “La empresa trascendente en el futuro de sus negocios”, Sánchez Sendra destacó que la empresa moderna debe ir más allá del beneficio económico para generar también valor humano y social.

“Una empresa es un grupo de personas, y su impacto no termina en sus empleados. Involucra a proveedores, clientes y a la comunidad donde está instalada”.

El directivo señaló que una de las principales fortalezas del sector empresarial es su resiliencia frente a crisis, obstáculos y nuevas realidades, una característica que han demostrado las empresas mexicanas en distintos escenarios complejos.

“Esta resiliencia no solo garantiza su permanencia, sino que brinda estabilidad y confianza a las personas que dependen de ellas, desde trabajadores hasta proveedores y comunidades enteras”.

Sánchez Sendra subrayó que no solo las grandes corporaciones pueden tener impacto social positivo. Incluso los negocios más pequeños ya están generando un cambio significativo en su entorno inmediato.

“Esto no es exclusivo de las grandes compañías. La tienda de la esquina con dos colaboradores ya está impactando la vida de dos familias. El cómo opera, cómo remunera y cómo trata a su gente marca una diferencia real. La empresa siempre busca cómo abrir nuevas puertas cuando una se cierra. Esa adaptabilidad es un motor de certeza para quienes dependen de ella”.

En su exposición, también se presentaron casos de empresas nacionales que han integrado de manera exitosa una cultura organizacional enfocada en el bienestar social, combinando responsabilidad ética con visión de largo plazo.

Finalmente, hizo un llamado a repensar la función social de la empresa en México, especialmente en un contexto de polarización política y transformación global, y a trabajar desde cada proyecto empresarial con ética, compromiso social y visión de futuro.